Hemos escuchado muchas veces que practicar meditación es algo muy recomendable para nuestra salud y para controlar el estrés, de hecho, si alguna vez hemos logrado hacer una sesión hemos notado sus beneficios, pero ¿qué ocurre cuando tu horario es muy ajustado?. Muchas personas necesitan más horas al día para poder hacer lo que quieren y no saben cuándo o cómo pueden practicar meditación, si es tu caso, aquí van unos tips.
Descargate una app
Tienes decenas en tu store del móvil, con la meditación guiada es muchísimo más fácil poder hacer una sesión de meditación sin estar pensando continuamente en las cosas pendientes que has de hacer.
Además la mayoría de aplicaciones cuentan con sesiones de tiempo diferentes y puedes escoger entre cinco, ocho, doce, veinte minutos o los que quieras. Algún día puedes hacer los más cortos y cuándo dispongas de tiempo los más largos, no te apures.
No hay hora establecida para hacer meditación
“la meditación es mejor hacerla de noche para descansar mejor” “la meditación es mejor hacerla de día para empezar con energía”… .NO, la meditación es mejor hacerla cuando tú puedas.
Si puedes por la noche te pones una relajante, si es al poco de despertar escoges una de cómo afrontar el día , depende de cuando puedas y de tus necesidades puedes adaptar el tipo de meditación. Incluso puede ser en tu descanso del trabajo para llevar mejor el estrés.
No importa cuando la practiques y no te conviertas en esclava de ella, siempre te vendrá bien.
Ponte una alarma
Si eres de esas personas a las que le viene bien que le recuerden lo que tiene que hacer, adelante, planifica tu día e incluye en él el momento dedicado a meditar. O también puedes apuntarte a una clase colectiva si tienes alguna cerca de tu trabajo o de casa.
Medita en familia
Si tienes que dedicarle muchas horas a tu vida familiar puedes encontrar un momento para hacer una meditación corta con ellos, como si fuera un juego, diles que vayan siguiendo lo que les dice la guía y que seguro que les reconforta, puedes premiarlos las primeras veces que lo hagan sin interrumpir para ayudar a que lo adapten a sus costumbres.
Haz meditación “a medias”
A lo mejor no todos los días puedes sacar esos cinco minutos para una sesión de meditación, así que limítate a estar en el momento presente cuando te acuerdes. Controla tu respiración, despensa los músculos que probablemente tengas en tensión. No hace falta que dejes lo que estás haciendo o aunque vayas en el transporte público, es simplemente limitarte a ser consciente de la situación en la que está tu cuerpo y que tipo de pensamientos estás teniendo, apartando todo lo posible los negativos o intrusivos.